Las cuchas tienen razón, cuando la verdad emerge de los escombros en la Comuna 13

24 enero, 2025
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Mural en las calles de Bogotá en homenaje a las madres buscadoras

‘Las cuchas’, aquellas mujeres mayores a quienes de cariño los jóvenes llaman así, gozan de la sabiduría que la comunidad reconoce y respeta. Por mayores, por luchadoras y por buscadoras de sus familiares violentados por grupos armados al margen de la ley y también, muchas veces, la mayoría, por las fuerzas estatales, es que la ternura se posa sobre ellas y aunque no sean sus parientes, una muchachada que las estima comienza a regar cariño por muchas ciudades de Colombia pintando murales en su honor.

En un hito histórico para la memoria y la justicia colombiana, las madres buscadoras de la Comuna 13 en Medellín han logrado un reconocimiento crucial después de más de dos décadas de búsqueda incansable de sus seres queridos desaparecidos durante el conflicto armado urbano.

La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha confirmado oficialmente en 2023 lo que estas mujeres—madres, abuelas, tías y hermanas—han sostenido sistemáticamente: que los restos de víctimas fueron abandonados bajo toneladas de escombros en La Escombrera, un sector estratégico de la zona centro-occidental de Medellín.

 

Este momento histórico representa más que un hallazgo forense; simboliza un triunfo de la persistencia femenina contra un sistema que históricamente desestimó sus testimonios. La investigación, iniciada tras solicitudes de organizaciones como la Corporación Política Libertaria y el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (MOVICE), ha dado la razón a lo que las mujeres denominan cariñosamente como «las cuchas».

El contexto de esta búsqueda se remonta a la Operación Orión de 2002, ejecutada durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, una intervención militar apoyada por grupos paramilitares que buscaba desarticular las milicias urbanas de guerrilla en la Comuna 13. Dos décadas después, estas mujeres continúan desentrañando la verdad sobre los desaparecidos de ese periodo.

La revelación ha generado un movimiento social de dimensiones nacionales. Artistas urbanos han plasmado su solidaridad mediante murales en más de diez ciudades, visibilizando el reclamo de las madres buscadoras. Esta expresión artística no ha estado exenta de confrontación: militantes de extrema derecha, principalmente vinculados al partido Centro Democrático, han respondido vandalizando estas obras conmemorativas.

La Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas confirmó oficialmente en diciembre pasado el hallazgo de los primeros dos cuerpos, un momento que marca un punto de inflexión en la búsqueda de verdad y reparación.

El impacto de su lucha trasciende lo local: estas mujeres han logrado transformar la indignación personal en un movimiento de memoria colectiva, desafiando narrativas oficiales y exigiendo justicia para las víctimas del conflicto urbano colombiano.

Su persistencia no solo busca encontrar restos mortales, sino reconstruir la dignidad de quienes fueron brutalmente arrancados de sus vidas, convirtiendo cada escombro en un testimonio de resistencia y esperanza.