Los altos precios en el mercado y el mito de la bonanza cafetera

13 febrero, 2025
Escrito por
Cultivo de café - Huila, Colombia

Entre los meses de noviembre y diciembre de 2023, cuando apenas iniciaba el año cafetero — que se mide desde el mes de octubre de cada año— comenzó un ascenso súbito en el precio internacional del café. Desde esas últimas semanas del año antepasado, con breves excepciones, nada ha atajado la curva alcista de la cotización del grano en los mercados internacionales.

Las primeras seis semanas del año 2025, mientras en algunos países productores de Latinoamérica los cultivos reposan y la floración anuncia cómo se vendrá la próxima cosecha, confirman el repunte de los precios como no se veía hace décadas. ¿Las razones? Como es habitual en el mercado de las commodities, se debe a una combinación de factores.

Causas de los altos precios.

En su primer informe de 2025, la Organización Internacional del Café (ICO, por su sigla en inglés), estima que uno de esos factores tiene que ver con “las limitaciones de la oferta en Brasil, la incertidumbre económica mundial y el aumento de los precios internos” en los países productores.

Vietnam, el segundo mayor productor mundial de café, también ha registrado mermas en sus cosechas, entre otros motivos, como el climático, relacionado con la producción de un fruto tradicional que les resulta más rentable a los productores que los cafetos.

Registro histórico de los precios del café.
Gráfica de la Organización Internacional del Café.

¿Quiénes ganan?

Mientras tanto Colombia, el tercer mayor productor y exportador de uno de los cafés más apetecidos a nivel mundial, repuntó en la producción y cerró enero con casi 14 millones de sacos, un incremento considerable para el momento de alzas en los mercados futuros.

Esa tormenta perfecta de menor oferta y mayor precio, pone al país suramericano en una posición ventajosa frente a sus competidores, que hace pensar que las más de 500 mil familias caficultoras están transitando la senda de la bonanza.

El flujo de caja para los exportadores va bien. Las ventas a futuro parecen contar con stock suficiente y el factor precio satisface las expectativas de los grandes comerciantes.  

Jóvenes caficultores en Huila, Colombia

El flujo de caja para los exportadores va bien. Las ventas a futuro parecen contar con stock suficiente y el factor precio satisface las expectativas de los grandes comerciantes.  

Bonanza cafetera…

No obstante, este comportamiento alcista de los últimos 14 meses se combinan dos factores que proyectan la idea de un clima óptimo para los eslabones más vulnerables en la cadena de valor, en el que crecen la demanda en mercados emergentes (Asia, África) y se comienza a ver la recuperación económica de pospandemia en países desarrollados, que empujan hacia arriba la curva de precios, no se trata de una bonanza cafetera.

«Muchos pensarían que los productores estábamos muertos de la risa, muy contentos por todos los precios y, obviamente, es algo que “nos hace felices, pero al mismo tiempo también genera un poco de inestabilidad», comenta Ana María Donneys, productora colombiana de café.

Su argumento hace referencia a los costos en el proceso producción del grano y los desafíos que exige toda la cadena y la comercialización del café de especialidad. A su modo de ver las cosas, si bien una cotización de 3 a 4 dólares por libra de café en la bolsa de Nueva York es un buen precio, internamente para los productores ese ingreso se traduce en la oportunidad de reponer muchos insumos que requiere el beneficio del producto.

Agrega, «si me preguntan si estamos en una bonanza, realmente no, sí estamos cubriendo nuestros costos de producción». Admite que, si se sostiene el actual nivel de precios durante el año, ahí sí, muchos productores podrán ver rentabilidad.

Expectativa a futuro.

Son muchas las oportunidades que se muestran para los productores colombianos y de la región con los buenos precios actuales, sobre todo de cara al futuro, cuando los precios vuelvan a nivelarse o definitivamente caigan por alguna circunstancia. Una de esas es «poder renovar lo que tenemos en finca, los beneficiaderos, poder mejorar los procesamientos que tenemos, que no habíamos podido muchos, remodelar o traer nuevas tecnologías, cosas que nos mejoraran nuestra calidad», complementa Ana María Donneys.

Otro aspecto del mercado que se pone en evidencia ahora, es la brecha de precios que se reduce entre los cafés de especialidad y el grano estándar. Mientras la demanda de cafés especiales (orgánicos, de comercio justo) sigue creciendo, podría elevar precios frente las demás clases del grano, lo que sin lugar a dudas trasladaría una parte del coste al consumidor final, que será otro de los fenómenos que se aproxime.

Por eso, Donneys insiste en invitar a los consumidores de café a «comprar un buen café de origen, con un buen proceso, con una historia detrás. Es una oportunidad grandísima para que todos podamos tener acceso a esos cafés de especialidad».