Organizaciones denuncian el bloqueo de la ciudad y acusan a Ruanda de intervenir con apoyo de potencias occidentales.
Las protestas se extienden por todo el país. La crisis en la República Democrática del Congo (RDC) ha escalado en los últimos días con el asedio a la ciudad de Goma, según denuncian diversas organizaciones.
Desde el lunes 27 de enero, las Fuerzas de Defensa de Ruanda (RDF) y el grupo rebelde M23 han rodeado la ciudad de dos millones de habitantes, dejando a la población sin electricidad, con escasez de agua y alimentos.
Organizaciones como Pan Africanism Today han acusado a Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la Unión Europea de respaldar la ofensiva ruandesa.
La situación ha desatado protestas en distintas ciudades del país, incluyendo Kinshasa, donde manifestantes han dirigido su indignación contra embajadas de Ruanda, Uganda, Bélgica, Estados Unidos y Francia.
Minerales en disputa
El trasfondo del conflicto está vinculado a la explotación de recursos naturales. La RDC concentra aproximadamente el 71% de la producción mundial de cobalto y el 35% de la de coltán, minerales clave para la industria tecnológica.
Un informe del Consejo de Seguridad de la ONU señala que el grupo M23 habría exportado ilegalmente al menos 150 toneladas de coltán a Ruanda en 2024, generando ingresos de hasta 800 mil dólares al mes.
Organizaciones internacionales denuncian que el saqueo de los recursos congoleños perpetúa un conflicto que ha dejado más de seis millones de muertos desde 1996.
La explotación de minerales, sumada a la injerencia extranjera, ha sido señalada como una de las principales causas de la crisis. Pan Africanism Today ha hecho un llamado a las organizaciones progresistas de América Latina, África y Asia a solidarizarse con el pueblo congoleño en su lucha por la soberanía y la integridad territorial.
También han instado a la comunidad internacional a exigir la retirada de las fuerzas extranjeras. El conflicto en la RDC sigue siendo un punto crítico en el continente africano, con repercusiones en la estabilidad de la región. La situación en Goma refleja la continuación de una lucha histórica por el control de los recursos naturales y el respeto a la soberanía nacional.