Día Internacional del Café, el negocio de notas dulces y amargas

16 octubre, 2024
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El Día Internacional del Café es un motivo para pensarse los desafíos que afronta una industria en constante expansión, que sigue conquistando paladares en todos los continentes y se afianza como un negocio que beneficia a cada eslabón de su cadena productiva, aunque no en la proporción justa.

“Mi historia es el resultado de mi enorme esfuerzo

por vivir y dar vida, por perpetuarme como especie.

 Desde aquel rayo de sol que calentó la tierra

e hizo posible que germinara por primera vez

hasta hoy, he visto de todo”.

Yo, cafeto. Manifiesto

Analía Álvarez
Foto: Rober Vivas

Este es el dilema de un negocio global que deja notas dulces para empresarios en países del norte global, desarrollado, pero al mismo tiempo deja un mal sabor para sus productores en América Latina, África o Asia.

Desde el año 2015, la Organización Internacional del Café (ICO por sus siglas en inglés) estableció el 1 de octubre como el Día Internacional del Café, adoptado por las 77 organizaciones cafeteras que la integran a nivel global.

Foto: Rober Vivas

Se trata de un día de celebración, pero también una invitación a tomar conciencia de los retos cotidianos que afrontan los productores en las distintas regiones cultivadoras. La efeméride marca el inicio del año cafetero, que en muchos países significa el inicio de la recolección de la principal cosecha del año y, como cada temporada, plantea retos.

Varios de los países productores de América Latina están ahora en plena cosecha, lo que plantea cada temporada un reto pues el trabajo de recolección -tal vez la fase de más baja paga en toda la cadena de producción- encuentra dificultades para el aprovechamiento de las cerezas.

La informalidad laboral en esa figura de los recolectores y el bajo precio que reciben los productores por la venta de sus granos, desincentiva la oferta de mano de obra para la recolección de la cosecha. Contamos con datos suficientes que dejan claro que un puñado de países desarrollados se quedan con la mayor ganancia del mercado mundial del negocio del café. Mientras en nuestras tierras se cultiva el 70% del total que se consume a nivel global, sólo una pequeña porción de la ganancia se queda en sus productores.

Foto: Rober Vivas

Por una taza de café que se vende en Europa a unos 4 dólares, en países productores como Colombia se quedan sólo 2 centavos. Algunos expertos achacan esa abismal diferencia a la ventaja de los países industrializados para transformar el grano en almendra en café listo para su consumo.

Si bien es una razón suficiente para encontrar inclinada la balanza en favor de los países exportadores, muchas son las experiencias que tratan de cambiar la ecuación del negocio y los países de la región o, incluso Asia, han comenzado a exportar café tostado y empaquetado a sus clientes del norte.

Cada año los productores afrontan estos retos, el inicio del año cafetero comenzó con un aumento de entre 5,9% y 12% (para arábigas y robustas) en los precios internacionales del grano, lo que podría brindar un contexto de mejores transacciones en los próximos meses, aunque las desigualdades en los ingresos entre exportadores y productores sigan siendo injustos.

Con esta muestra fotográfica queremos hacer un homenaje a los principales actores de este negocio global: los campesinos productores de café. Al igual que el año cafetero, este será el inicio de una serie de publicaciones enfocadas a analizar una cultura que nos acompaña en cualquier hora del día.